21.10.10

Juana

Bajé la mirada. Ella abrazaba mis piernas. Miro pidiendo rescate mientras las cosquillas amenazaban con reaparecer. Agitada por el escape se rió y me dijo desde su miniatura Tía!
Se le escapo, se que fue así, no volvió a repetirlo. Ella siguió jugando toda la tarde. Yo continuaba escuchándolo y sonriendo como cuando uno imagina una escena que espera que suceda. El intentó arrancárselo de vuelta, para ella no fue tan importante, no lo creyó necesario. A mi, por el momento, con esa vez me bastó.

2 comentarios:

P. dijo...

Suena a espontaneidad infantil de esas que no abundan y que hacen falta. Yo compro!

Julia dijo...

Los niños dicen verdades!
Mariana, gracias por tu mensaje, acá podes conseguir el libro:
- local 22 de la Bond
- en Medrano y Corrientes, Medrano 709
- y en Otra lluvia, Bulnes 640

Te mando un beso!