25.3.09

Pesadillas

Tuve una noche traumática. Primero fui hija de Benjamin Linus. Quiso matarme persiguiéndome por la ruta, envió un tornado y luego actuó delante de mi madre como si nada hubiera ocurrido.
Mas tarde caminaba por la calle en plena dictadura militar. Cerca de mi casa había un kiosco donde día tras día iban desapareciendo sus empleadas. Yo vivía con una amiga, se ve que nunca habrá salido el tema ideológico a la luz, porque un día la encontré melosamente con uno d los milicos que rondaban el kiosco. Una noche lo encontré en nuestra casa buscando un taladro, luego de eso escuche la puerta de casa. Todas las noches dormía con un pánico atroz, sin saber que pasaría con él ahí. Pensaba en que algo tal vez me haga despertar y volver a la realidad pero eso no pasaba.
En una de esas noches de verano, la gente, en multitud salió a festejar algo a la calle. Estábamos todos en las veredas gritando de alegría, él también. Yo sabía que me la tenía junada. Vi un grupo de jóvenes y decidí seguirlos. Entraron a un bar que estaba llegando a un cerro. Intente pasar y un joven barbudo me dijo que no podía, que no me convenía. Yo creía mejor eso que dormir bajo el mismo techo que el milico. Rogué para que me dejen pasar al baño. Atravesé un pasillo, mucha gente discutía en voz alta. Cerré le puerta y repentinamente se oyeron gritos desgarradores, disparos.
Desperté.

Mal día

En un día hoy nada debería salir mal.

La brisa anticipada del otoño me hizo creer en el buen porvenir. Por desgracia mía eso fue todo.

El día pasó con lentitud. Para variar una complicación tras otra demoraban el regreso nunca tan deseado a casa.

Las peripecias terminaron, pero la angustia irrefrenable busca excusa en cualquier esquina y amaga con el inicio de un llanto.

Un llanto injustificado teniendo en cuenta las horas transcurridas y sabiendo que las que quedan tienen más de sueño que de otra cosa.

12.3.09

[...] El significado de mañana es: "Espera hasta que la situación sea favorable" [...]

Yonqui, William Burroughs

10.3.09

Ayer vi resucitar a alguien

En uno de esos encuentros casuales que suele dar un pueblo chico fue llamado.

No lo veía hace tiempo. Conversamos durante largo rato. Un amigo de él estaba ahí contándome cosas de ahora, recordando viejas. No salía a la luz. Hasta que casi en un descuido lo nombró, y por arte de magia apareció. Me di cuenta lo extraño que sonaba su nombre en otra persona, como si nombrarlo lo hiciera presente.

Es increible lo lejos que puede llegar a estar una persona con tan solo no nombrarla.